Guillermo García (Murcia, 1984), fotógrafo autodidacta con un título de magisterio adornando la pared de casa.
Tras diez años dedicándose a fotografiar bodas y sesiones de retrato, llegó la pandemia y, con ella, la vuelta a lo que era la fotografía para él, un hobby.
Comenzó a fotografiar su colección de figuras y a hacerles fotomontajes, hasta que un día se le ocurrió que podría ser divertido dejar de utilizar figuras y cambiarlas por personas que se vestían como esos personajes. Esa fue su toma de contacto con el mundo del cosplay, hace ya tres años.
Lo mejor de esta disciplina es que cada sesión es diferente y plantea nuevos retos; ya sea por el personaje, los efectos, la mezcla entre efectos prácticos y digitales… Por ello, en cada fotografía se pone a prueba a sí mismo y es algo que le encanta.